viernes, 21 de octubre de 2016

Carta a mis apreciados lectores y seguidores.

Dos años han pasado desde la publicación de "El Calendario de la Extinción" y en otoño de 2014, contemplaba unas previsiones que me esbozaban una futura realidad muy distinta. 

Mi Yo del pasado no se atrevió a auto-publicar aquella vasta y extensa novela que, con la inocente ilusión de un aprendiz de la dura vida literaria, buscó la edición tradicional repartiendo manuscritos por doquier a todo aquel que pensó, le podría haber interesado. Que inocencia más pueril... 

Creer que un editor o agente literario dejaría caer una oferta de publicación por la bandeja de entrada del correo electrónico me equiparaba en inocente ingenuidad a la del niño pequeño que se esconde tras un sillón del comedor la noche de reyes para ver a los tres magos. 

Así pues, al igual que El Arca de la Alianza, "La Hermandad del Véneto" se guardó con sus setecientas páginas en un cajón mientras su afligido autor reflexionaba sobre su futuro. Concluyó mi Yo del pasado que, si quería ver su libro publicado, debería hacerlo él mismo. Así pues, emprendió la osada campaña de erigirse como escritor pluriempleado, haciendo además de maquetador, corrector, diseñador de portadas, director de marketing y community manager entre otros... Un arduo y duro trabajo que superaba cualquier escarpada cima imaginable con lo que, entregado a la pereza, decidió arrancar un pedacito de barro de la descomunal historia para moldear una trama más cortita.

Desde un punto de vista pragmático, "El Calendario de la Extinción" debía cumplir dos funciones primordiales: Por un lado; presentar a la exigente sociedad lectora "La Hermandad del Véneto" con una pequeña historia que enganchara y sedujera a leer su amplio contenido. Por otro, introducir a su autor en el hinóspito mundo de la autopublicación y de las redes sociales (hasta aquella fecha, ni siquiera tenía un perfil en Facebook). 

Desde entonces, mi Yo del pasado ha podido interactuar con una rica representación de la multiversa fauna literaria: lectores, escritores, bloggers, co-editores... gente que le ha ido enriquecido exuberantemente en experiencia y visión tanto que, el proyecto literario iniciado en 2010 iba diluyendo su esencia para mutar en una compleja estructura. Y de esa forma, nace inesperadamente, "La Sinfonía del Caos". 

Ha sido un incalculable número de horas dedicadas a estudiar e investigar para documentar ideas y transformarlas en tramas; decenas de miles de palabras escritas, centenares de párrafos construidos, demolidos y reconstruidos de nuevo, para llegar hasta aquí. Argumentos escritos para reforzar los pilares de la primigenia historia han acabado teniendo su propia novela. 

"La Sinfonía del Caos" le ha dado a "El Calendario de la Extinción" una importancia y protagonismo imprevistos en un inicio. Y aunque creo que la trama de la nueva novela puede seguirse prescindiendo de haber leído previamente su antecesora, no podía dejar en el olvido mi primera fábula por muy experimental que fuese en su concepción. Así pues, os encomiendo encarecidamente a que recuperéis o busquéis "El Calendario de la Extinción", lo leáis y/o lo releáis mientras esperáis a que "La Sinfonía del Caos" acabe de afinar todos sus instrumentos. El oboe ya dado el "La", y el resto de músicos, ya están buscando el tono perfecto. 

Muchas gracias por vuestro abnegado apoyo. 

Manuel J. Antonio.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

The Story ain't over.

Un nuevo crepúsculo de otro año que termina. Un nuevo Calendario que se Extingue.

El innegociable avance del tiempo, que ejecuta imparable su procesión perpetua a su ritmo constante, tenazmente, sin esperar a nada ni a nadie, tomándose la libertad de abrir y cerrar etapas en nuestros caminos, haciendo caso omiso a nuestros deseos de detenerse o acelerarse. 






La vida es una ínfima porción de la eternidad cósmica de la que misteriosamente formamos parte, un exiguo fragmento de tiempo que se nos ha dado de forma exclusiva para utilizarlo según nuestro criterio. 

El tiempo es esa imperturbable corriente de agua en constante movimiento que agita nuestra consciencia, que nos empapa de recuerdos y que se escapa de nuestras manos cuando intentamos apresarlo. Es un regalo envenenado que vamos malgastando durante toda una vida intentando aprender cómo usarlo racionalmente. 

El tiempo es esa riqueza infinita en el cosmos pero tan escasa para nosotros, y de cuyo valor no somos conscientes hasta que no hemos gastado una buena parte de él. 

Por eso hoy, última noche del año, toca hacer un solemne homenaje al tiempo. Alzar las copas y brindar por el que se marchó para no volver jamás, por el que vendrá con la promesa de ser mejor que el que se fue, y sobre todo, por el presente. Por que él es quien de verdad cuenta. 

Esta noche brindo por que la nostalgia y la promesa no se inmiscuyan en la celebración del ahora. La Felicidad sólo se vive en el presente. 

El tiempo dura toda una vida, pero la vida, sólo dura un instante. 

Un nuevo crepúsculo de otro año que termina. Pero la historia, no se ha acabado. 

FELIZ 2.015

viernes, 19 de diciembre de 2014

Reflexiones en un día gris. Memorias de un Novelista Emergente (II)

Para aquellos que vivimos a orillas del Mediterráneo, el otoño que nos gobierna y que a punto está de ser relevado, es tradicionalmente una estación gris. Aunque gracias a las mediáticas teorías acerca del cambio climático y el efecto invernadero, tal vez el otoño se haya convertido en la nueva especie en vias de extinción. Quien sabe... 

Lo cierto es que en estos días lluviosos se hace más que evidente la conexión biológica de nuestra parte espiritual con los elementos de la climatología. No es de extrañar que reaccionemos de algún modo a las vicisitudes del aire que respiramos, mostrando una evidente mimetización de nuestro estado de ánimo con el entorno. Nuestros glóbulos rojos van permanentemente cargados de ese aire que orbita pegado a nuestro planeta, y al que probablemente estemos afectando con los deshechos de nuestro propio progreso. 

Resulta increíble que nos califiquemos como "vida inteligente", cuando en realidad somos una descontrolada y arrogante panda de ignorantes que al igual que muchos animales en su estado racional primigenio, defecamos en nuestra propia agua y en nuestro propio aire que tan necesarios nos son para vivir. ¿Es eso un signo de inteligencia? Evidentemente, no lo és. 

Y la definitiva muestra de que esta civilización está irremediablemente condenanada al más estrepitoso de los fracasos es que cuando alguien eleva una voz para denunciar estos hechos, enseguida queda ahogada por el desprecio y las descalificaciones de quienes perpetúan los más terribles atentados contra nuestro ecosistema en nombre del bienestar general. 

Sin embargo, la Tierra tiene paciencia. Tiene más de cinco mil millones de años. Nosotros, apenas unos cien mil. La Tierra ha bailado alrededor del sol más de cinco mil millones de veces antes de que nosotros llegáramos. Resulta irreverente pensar que vamos a destruir el planeta. Las especies han eclosionado y han sucumbido desde los albores de la vida hasta la actualidad a través de interminables eras geológicas, sucediéndose entre constantes cambios climáticos y biológicos. Para la Tierra, no somos más que un ridículo parásito que a veces le provoca un pequeño picor y que del mismo modo que un dia misteriosamente llegó, desaparecerá irremediablemente. La cuestión es, ¿qué habrá despues?

Así pues, somos un enjambre de insectos atrapados en una cúpula de gas que viajan por el espacio a velocidad endiablada. Una casual sucesión de escudos magnéticos nos protege de las radiaciones y de las tormentas solares. Y sin embargo, a pesar de nuestra insignificante verdad y del delicado equilibrio que nos sostiene, vivimos con unos aires de grandeza y superioridad que nos creemos los amos de este universo inabarcable. 

Pero eso sí; somos "vida inteligente". 

Pues he aquí mi homenaje al deseo de que más allá de nuestra conciencia inconsciente, la vida haya conseguido en algún remoto rincón de este universo, llegar a perpetuarse con la suficiente inteligencia como para desentrañar todos y cada uno de los misterios de este cosmos infinito. Ojalá algún día, nuestras futuras generaciones tengan a su alcance la sabiduría necesaria para encontarlas y compartir esos conocimientos. 

Por desgracia, creo que si eso sucediera ahora, sería como para nosotros, descubrir una nueva especie de insectos. Sólo que en ese remoto caso, nosotros seríamos la especie estudiada. 

Ya lo dijo Arthur C. Clark: 

" Existen dos posibilidades: que estemos solos en el universo, o que no lo estemos. 
Ambas son igual de terroríficas"





jueves, 11 de diciembre de 2014

La Soledad del Corredor de Fondo: Memorias de un Novelista Emergente (I)


El Calendario de la Extinción, mi primera novela, se puso a la venta en Amazon el pasado 20 de octubre de 2014. Supongo que fue ese el día inaugural, el día que se asentó la primera piedra del camino. El dia que empecé a correr en solitario mi particular maratón.

Remontémonos unos 13 meses antes. En los albores del otoño de 2013, la oficina del Registro de la Propiedad Intelectual recibia el manuscrito de la que pensé seria mi primera novela. Cumplido con éste trámite, no esperé para comenzar a compartir con el gremio literario profesional mi alegría por haber acabado esa primera novela. Totalmente consciente del complicado momento por el que el mundo estaba pasando (no muy distinto al actual), me esforcé a conciencia en preparar propuestas editoriales personalizadas para tratar de contagiar al menos, una porción de mi entusiasmo, con la humilde pretensión de generar algo de interés. 

Poco tiempo tardé en comprobar que el interés germina de manera contundente, rápida y eficaz cuando se le acompaña de estímulos que alientan la perspectiva de la obtención de un beneficio óptimo y plausible en el corto plazo. Esto se consigue adjuntando a la propuesta un elaborado currículum como escritor donde el apartado de ventas destaca por encima de la media. Si por el desafortunado hecho de ser un escritor novel no puedes aportar este currículum, entonces hay que acudir a alternativas tales como disponer del aval de un padrino que pueda abrir por ti esas puertas. En el caso de no disponer tampoco de esta opción, ya sólo cabe recurrir a la llave que consigue abrirse paso ante todo aquello que es material: el dinero. 

¿Y qué ocurre si tampoco tienes dinero? 

En mi caso, ninguna de esas tres opciones se daban. Así que si queria seguir adelante con mi intención de publicar, y no podia invertir en ello mi paupérrimo patrimonio, me veía en la obligación de tener que ser, además de escritor, corrector, maquetador, ilustrador, editor, agente literario, distribuidor y librero. 

Tener que hacer todo eso con una novela de setecientas páginas se me antojó poco menos que tener que escalar el Everest. Si ya me supera el hecho de recorrer los setecientos metros que separan mi casa de la estación del tren, con un ligero desnivel del diez por ciento y a una temperatura media invernal de entre cuatro y seis grados positivos, lo de conquistar el techo del mundo lo descarté aún más rápido que inmediatamente. Así que, para zambullirme en el enigmático mundo de la autoedición, decidí lanzarme con algo menos espinoso: una novela corta, de unas cien páginas como máximo, una trama simple pero intensa... y a ver cómo va. Y como quien no quiere la cosa, me plagio a mí mismo inventándome una historia extraída de otra historia previamente inventada por mi.

Tras cuatro semanas escribiendo y seis corrigiendo, nuevamente me dirijo al Registro de la Propiedad Intelectual. Compruebo con espanto que han aplicado una subida de casi el trescientos por ciento a las tasas de inscripción, así que apoquino, y tan pronto tengo mi justificante, me doy de alta en CreateSpace y en Kindle Direct Publishing. Y a los pocos días, la gente ya está comprando la novela. 

"La soledad del corredor de larga distancia" es más que una novela de Alan Sillitoe, que una película de Tony Richardson o que una canción de Iron Maiden. Es una profunda y vasta expresión que define a la perfección la sensación de aquel que afronta un reto sin más apoyo que el de su propio ímpetu, su propia determinación. Publicar uno mismo sus textos en una plataforma global es como iniciar una carrera de fondo en la que la meta ocupa un lugar indefinido en alguna parte. No hay presentaciones, no hay promoción, no hay librerías que exhiban ejemplares de tus criaturas ni agentes ni editores que publiciten y alaben tus gestas, ni tampoco hay periodistas que te llamen pidiéndote una entrevista... Tu libro y tú emprendeis una carrera en solitario para poner a prueba todo aquello que un día te lanzó a escribir con pretensiones. 

Diferencio apoyo de ánimo y de ayuda, pues por fortuna, no me ha faltado quien ha ido ofreciendo su aliento dedicándome cariñosos halagos y tendiéndome su mano invirtiendo en la adquisición de mi novela por el simple hecho de ser mía, que me pide una dedicatoria y que la comparte con sus amistades. Me considero priviliegiado por haber podido calmar la sed del éxito bebiendo unos sorbos de esta incalculablemente valiosa fuente de cariño por parte de aquellos a los que, para poder llegar a agradecerles todo el estímulo proporcionado, tendré que vivir mil y una vidas. 

Pero ahora soy un corredor de fondo en mitad de una maratón. Estoy en medio de un populoso pelotón de atletas, todos marchando a paso atemperado. Algunos van de la mano, otros se van propinando codazos. Algunos han sido puestos en la vanguardia por alguien que no confía en sus méritos pero sí en su nombre. Hay quienes corren por otros. Algunos pagan para avanzar, otros consiguen progresar espoleados por el reconocimiento a su talento. Los que te animan y te ayudan están en la orilla, aplaudiendo y jaleando tu nombre cuando te ven pasar a su altura. Pero ellos no pueden llevarte en volandas. A veces, alguien abduce a uno de los corredores y lo pone al frente. Muchos corredores se retiran. Otros muchos se incorporan. Yo sigo corriendo. No se en qué posición voy, ni cuantos tengo por delante, seguro que muchos más que por detrás...

Pero me da igual. 

Me pongo los auriculares de la indiferencia y me aíslo del tumulto, dejándome llevar por el influjo de la omnipresente inspiración de la música. Me coloco las gafas opacas de la displicencia para que la visión de la realidad no obstaculice los diseños de mi imaginación. Y continúo corriendo, pero sólo contra mis retos y mis propósitos. Mi próxima meta será la siguiente novela. Y después de ésta, otra más. Y así, hasta que un día deje de correr, bien por decisión propia o bien porque así ha de ser. 

En definitiva, cuando logramos aislar la maliciosa influencia de la vanidad, dejamos de mirar a los lados, fijamos la vista al frente, y entonces comenzamos a disfrutar del camino. Ya lo decía Machado: 

Caminante, son tus huellas
El camino y nada más.
Caminante, no hay camino,
Se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
Y al volver la vista atrás,
Se ve la senda que nunca
Se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
Sino estelas en la mar.





sábado, 22 de noviembre de 2014

Reseña en LEKTORES.



La reseña de Caroline Lektor en su prolífico blog literario. Un espacio muy recomendable para estar al día de las publicaciones no tan mediáticas.

Gracias, Caroline.

http://lektores.wordpress.com/2014/11/18/el-calendario-de-la-extincion-por-manuel-j-antonio/

Título: El Calendario de la Extinción. (La hermandad del Venetto No.1)
Autor: Manuel J. Antonio.
Editorial: Primera Edición.
Precio: $0.89 EUR en Amazon.
Calificación: ★★★★★

Sinopsis:

Desde las profundidades del cosmos, los ecos de una civilización alienígena llegan en forma de una sutil señal de radio, que es captada por el observatorio de Arecibo. Su descubrimiento desencadena una frenética y catastrófica sucesión de acontecimientos, en los que todos los implicados en el hallazgo son víctimas de una despiadada cacería.
Jim Cooper, un destacado y excéntrico científico dedicado en cuerpo y alma al desarrollo de un súper ordenador para el gobierno, se ve envuelto de forma accidental en la trama. Pronto comprobará que el mayor descubrimiento que la ciencia ha hecho en la historia es el núcleo de una oscura conspiración de la que deberá huir para salvar la vida.

Opinión:

El calendario de la extinción es un libro que te atrapará desde el principio y no pararás de leer hasta terminarlo, y cuando hayas concluido quedarás deseoso de más. Pero tranquilo amigo lector el autor Manuel J. Antonio promete que “El Calendario de la Extinción” sólo es el primero de una saga, -o al menos la precuela de la así autonombrada “Opera prima”: “La Hermandad del Venetto”-
Es un libro que posee una historia llena de suspenso, acción e intriga, el escritor nos entrega poco a poco piezas de un rompecabezas que debemos de armar, una historia que si bien es ciencia-ficción no esta muy lejos de la realidad.
“Existen dos posibilidades: que estemos solos en el universo o que no lo estemos. Ambas son igual de terroríficas”.
Arthur C. Clarke.
Pese a los tecnicismos usados la narrativa es fluida y sencilla, simplemente amarás leerlo, no hay momento en el que te aburras, yo misma termine el libro en un día, comencé a leerlo por la tarde y no pude despegarme de él hasta concluirlo.
Comencé a leerlo creyendo que era un libro sin sagas o secuelas, fue al final que me enteré que es una especie de precuela; y es que al final el libro sólo te ofrece más intrigas y mas preguntas, un buen gancho que te hará desear el siguiente libro y saber como continua la historia. Pienso sinceramente que la historia tiene mucho para explotar y espero que no solo nos ofrezca otro libro sino ¡más! Me ha gustado también que el autor haya comenzado con la historia de personajes “secundarios” o “terciarios” y no con los principales en sí, pues estos personajes te abren el panorama para una mejor visión del tiempo-espacio en el que se desarrolla la historia.
Si eres amante de la ciencia-ficción no dudes en darle una oportunidad a “El calendario de la Extinción”. Y aún si no te llama mucho la atención la cienccia-ficción, de cualquier forma no puedes negarte a leer esta corta pero excelente historia.

martes, 28 de octubre de 2014

La Tentación de la Vanidad







Hay situaciones en las que dar un paso adelante supone renunciar a la posibilidad de dar marcha atrás. De desandar lo andado borrando tus huellas para dar la impresión de que en realidad nunca estuviste. 

No. Una vez has avanzado, ya no hay marcha atrás.


Esto último es lo que estaba pensando antes de enfrentarme a "Launch"


¿Quién es "Launch"? os preguntaréis...


"Launch" fue mi último enemigo conocido. Y tal vez el primero. "Launch" era esa inexpugnable muralla que se alzaba hasta el cosmos, desafiante y arrogante, a los pies de mi dubitativa determinación.  Cuando mi novela ya estaba corregida y maquetada, la portada rediseñada y preparada, la sinopsis lista y revisada, sólo faltaba apretar el maldito botón. El botón "Launch". Ese botón que la arrancaría de la intimidad de mi mente y de mi disco duro para compartirla de una maldita vez por todas con el mundo.


Ese botón, con su forma rectangular, sus ángulos redondeados, un fondo azul sobre el que las desafiantes letras blancas se hallaban impresas, me observaba con halo de provocación... "Atrévete..." me susurraba... "¿qué más vas a revisar? ¿a qué esperas? ¿a que alguien venga a asegurarte de que tu obra es genial? ¿que nadie te hará una mala crítica? ¿que no quedarás en ridículo? ¿Qué es lo que quieres? ¿para qué la has escrito?¿para rendirte aquí? ¿para morir ahogado en al orilla, a falta de una sola brazada?¿para caerte desvanecido frente a la linea de meta de la que sólo estás a un paso?


¡Despierta! Eres un escritor novel. No tienes experiencia alguna. Te has editado tú mismo. Te has corregido, maquetado, diseñado la portada... Vamos... has leído libros de otros como tú.  ¿Qué crees? ¿que lo vas a hacer a la perfección la primera vez? ¿que tus textos no van a estar plagados de erratas y fallos?¿que la trama que has ideado no va a ser incoherente, inconexa y aburrida? 


No tienes padrinos, mecenas, ni agente literario ni editorial que te respalde. Estás sólo. Tú ante el mundo. ¿En serio crees que vas a convencer a gente anónima para que gaste su dinero en comprar un libro de un total desconocido, sin reseñas, sin opiniones, sin referencia alguna...?


Ese maldito botón era el desafiante inductor de mis más profundas aprensiones. Es mi novela, mi criatura. La obra a la que he dedicado cerca de los últimos cuatro años de mi vida...  No, no puede quedar aquí. No puedo morir en la orilla, no me puedo desvanecer en la meta... hay que dar ese paso. Hay que afrontar el destino...


¿Estás seguro?¿serás capaz de afrontar el fracaso? ¿podrás levantar tu ánimo sin perecer ahogado en las lacrimosas aguas de un océano de frustración y desengaño? ¿serás capaz de poner a prueba tu sensiblera autoestima ante la inconcebible crueldad de las críticas destructivas y la indiferencia?


¡NO! Ya no quiero oirte más... Entonces, el puntero del ratón se sitúa sobre el botón "Launch" Un último suspiro. "click"...


Está hecho.  La novela está publicada... Ya no hay vuelta atrás. El mundo la va a ver...



... Y entonces, sucede esto...









La Quimera es la fantasía onírica que vive en los remotos acantilados de nuestro subconsciente, alimentándose de nuestras fobias, nuestras inseguridades, nuestra apatía, nuestros temores... Cuando dejas de alimentarla, no tiene más remedio que emerger a la luz, trascender la hipotética frontera entre la realidad y el sueño. Y justo en ese momento, es cuando descubres que los muros que se levantan en esa frontera son vulnerables... Tarde o temprano, esos muros ceden ante los envites del ejército de la Voluntad... 

Ayer, en esa Quimera de mi subconsciente, había un escritor novel. Hoy, ese escritor novel ha emergido ascendiendo hasta la luz de la realidad impulsándose con las alas de la voluntad, dejando en su anterior rincón de los sueños a otro escritor. A un escritor de éxito, un novelista de reconocido prestigio, con el rostro arrugado, el cabello níveo, la vista cansada y las manos agarrotadas, cargadas por el extenso bagaje de millones de palabras escritas... 

En ese sueño del futuro protagonizado por las palabras, hay una que no tiene cabida...

Rendición.








sábado, 25 de octubre de 2014

Guía para hacerte con El Calendario de la Extinción

¡Buenos días a tod@s!

Para todos aquellos que seáis tan neófitos en la descarga de libros electrónicos desde Amazon en versión Kindle como lo soy yo en la publicación de novelas, os dejo esta interesante y oportuna guía elaborada generosa y desinteresadamente por mi amigo Xavi Martz Alfaro, a quien desde aquí le hago llegar mi más sincero agradecimiento.


Se trata de un sencillo proceso que en tan sólo 7 pasos pondrá mi novela a vuestra disposición.

No perdáis la ocasión de conseguirla de forma gratuita durante este fin de semana. Gracias a todos.


1) Tienes que abrir cuenta en Amazon.




2) Rellenas tus datos






3) Te descargas una aplicación gratuita de lectura Kindle





4) Buscas el libro que nos interesa y seleccionas la versión Kindle.





5) Ahora haces click arriba a la derecha en naranja, opción "comprar ya en un click".





6) Ya casi acabamos, jeje...Ahora has de clikar marcado en azul también en la derecha "gestionar mi Kindle".





7) Último paso y definitivo, en la izquierda click en "acciones" y te sale una pantallita que te deja leerlo, descargarlo e incluso transferirlo a un USB. Puede que en menos pasos se haga, pero yo no lo he visto. Imagino que al ser gratuito Amazon no pone las cosas fáciles. Hay que registrarse, descargar el programa de lectura,....son unos pasos. En cualquier caso, quedo agradecido a Manuel J. Antonio. Bona nit!!